Muy Bueno
Muy Bueno

 

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Clases de golf

Una mujer va a su primer clase de golf. El instructor le dice:
-Usted tiene que tomar el palo de golf en la misma forma que toma el órgano de su marido.
Ella toma el palo de golf y le pega a la bola.
-¡Muy bien!- dice el instructor-, por todo el corredor. Ahora, quítese el palo de la boca, tómelo con la mano, ahora vamos a practicar tiros de larga distancia.

 

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Liberación femenina

A una conferencia internacional de mujeres, el tópico de la discución era: ¿cómo ganar poder en el hogar?
La primera conferencista, era la representante inglesa. Se paró y dijo:
-Me decidí oponerme a la opresión de mi marido, así es que le dije que ya no iba a lavarle la ropa. Después del primer día no ví ningún resultado, después del segundo día, no ví nada tampoco, pero después del tercer día el se lavó su propia ropa.
Los delegados aplaudieron la bravía posición por los derechos de la mujer.
La segunda conferencista era de los Estados Unidos de América, se paró y dijo:
-Yo le dije a mi esposo que ya no iba a cocinar para él debído a que esto era una forma de esclavitud. Después del primer día no ví ningún resultado, después del segundo día, no ví nada tampoco, pero después del tercero, el cocinó para nosotros dos.
De nuevo la multitud aplaudió. Después vino la representate de Australia:
-Le dije a mi marido que yo ya no iba a hacer las compras. Después del primer día, no ví nada, después del segundo día no ví nada tampoco, pero después del tercer día, ya podía ver un poco con mi ojo morado.

 

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Receta

Una mujer acompaña a su esposo a la consulta del doctor. Después de la revisión, el doctor la hace pasar a solas y le dice:
-Su marido está sufriendo una misteriosa y grave enfermedad combinado con una terribe fatiga. SI usted no sigue los siguientes procedimientos, de seguro que morirá: Cada mañana, prepárele un desayuno sano. Agrádelo y esté seguro que se encuentre de buen humor. De comida, prepárele una buena comida que él pueda llevar al trabajo. En la cena prepárele una buena comida, acompañada de una buena música de fondo. No lo contradiga, ya que ésto puede causarle estrés. No discuta sus problemas con él, ya que puede empeorar su estrés. Trate de mejorar a su marido en las tardes, vistiendo vestidos sugestivos y dándole masajes en la espalda. Motívelo para que mire en la televisión algún programa deportivo. Y lo más importante de todo, hágale el amor a su marido varias veces a la semana y satisfágale todos sus deseos. Si usted puede hacer todo esto durante los siguientes diez meses, yo creo que su marido volverá a ganar su salud complétamente.
Cuando la mujer salía, el mardio le pregunta a su mujer:
-¿Qué te dijo el doctor?
-Que te vas a morir.

 

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En la calle

Pasa un señor muy guapo al lado de una mujer:
- ¡Oiga!, ¿usted tiene pelos en la lengua?
- No
- Pues será porque usted no quiere

 

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Secreto

Era un hombre calvo que siempre usaba peluquín delante de su novia porque se avergonzaba de su calvicie. El día que van a hacer el amor por primera vez él decide confesárselo, eso si, con la luz apagada para que el shock sea menor. Apaga la luz, se quita el peluquín, le coge la mano a su novia y la pone sobre la calva, mientras le dice:
- Mira María, esta es la cabeza
- ¡¡¿Siii?!!. ¡Pues el resto se lo vas a meter a tu madre!

 

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Entierro

Estaba la familia reunida ante el féretro del padre, recién fallecido. El hijo menor dice:
-Ahora tendremos que hacer realidad la última voluntad de papá: ser enterrado con un millón de dólares en el ataúd.
El hijo mediano añade:
-Sí, bueno... pero en realidad sólo pondremos 750.000, porque hay que descontar el 25% de impuestos.
El hijo mayor apostilla:
-También tendremos que deducir el 16% de otros impuestos locales...
La viuda tercia en la conversación de forma resolutiva:
-¡Basta ya! Vuestro padre no merece estos regateos. Se le enterrará con la tarjeta de crédito... y que él gaste lo que quiera.

 

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Accidente

Una mujer y un hombre se ven envueltos en un accidente de tránsito, en uno realmente aparatoso. Ambos autos quedaron totalmente demolidos, pero asombrosamente ninguno de ellos sufrió heridas. Después de forzosamente salir de sus autos, la mujer dice, -"Entonces usted es un hombre, que interesante. Yo soy una mujer... Wow! Solo mire a nuestros autos. No ha quedado nada de ellos, pero afortunadamente estamos ilesos. Esto debe ser una señal de Dios para que nos conociéramos y vivamos juntos en paz por el resto de nuestros días."
-"Estoy completamente de acuerdo con usted", replicó el señor, "esto debe ser una señal de Dios." La mujer continua,
-"Y observe esto - he aquí otro milagro. Mi carro está completamente destruido pero ésta botella de vino no se rompió. De seguro Dios quiere que nos la bebamos y celebremos nuestra buena suerte." Entonces le paso la botella al señor. El caballero asintiendo con la cabeza, abre la botella y se da varios tragos monumentales. Luego se la devuelve a la mujer. La señora toma la botella, inmediatamente le pone la tapa y se la regresa al auto. El hombre entonces le pregunta,
-"¿Es que usted no va a beber?" La mujer se limita entonces a decir:
-"No. Creo que yo esperaré hasta que llegue la policía."

 

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Pregunta

Dos sevillanas que se encuentra en una esquina del barrio de la Cruz y una le dice a la otra:
- Po, ¿zabe que m'eshao novio?
- ¿Ah, zí? ¿Y cómo é?
- Po mira, e otorrinolaringologo.
- ¡Ozú!, ¡vajco como er mio!

 

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En un show

-Y ahora la señorita Sepeda y Silva.
Y salta uno:
-Huy, que habilidosa!

 

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Entierro

El marido de la señora pasó a mejor vida, y ella lloraba desconsoladamente.
-"No llores más, hija mía -la consuela el Padre Arsilio-. La vida sigue su curso. Quizá dentro de tres o cuatro años encontrarás otro hombre y...".
-"¿Tres o cuatro años?" -gime ella-. Y luego, volviéndose hacia uno de los presentes, rompe otra vez en llanto: "¿Lo ve, compadre? ¡Tendremos que esperar tres o cuatro años!"...

 

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En el baile

La señora, algo nerviosa pero muy halagada, dice a su marido:
- "No voltees ni vayas a hacer algún escándalo, Poseidón, pero el elegante caballero que está en aquella mesa no me ha quitado la vista ni un momento".
-" Lo conozco - responde el marido sin dejar de comer -. Es un anticuario"