Muy Bueno
    Muy Bueno

En esta sección, MuyBueno se engalana con tres poesias de hombres en el ocaso, soportando estóicamente un problema viril en un mundo sin Viagra todavía. Es interesante como estos literatos definen los problemas que achacan tanto a ricos como porbres, letrados o iletrados, grandes o chicos, gordos o flacos. La ciencia no ha logrado todavía encontrar donde reside esta fuerza que hace que el mundo ruede, muchos dicen que es un problema psicológico y que el problema reside en la cabeza, puede que sí, puede que no, pero todo el mundo sabe que el problema está en la cabeza baja!

El correr de los años

Héctor García Chavero (a Renato Leduc)

No me alegro ni me asusto
por mi condición senil.
Vivo tranquilo y a gusto,
en diciembre y en abril...

Amiguitas y amigotes
me obsequian con su amistad.
Y aún no siento los brotes
de su mortal enfermedad.

Con esfuerzo y con decoro,
oculto a ojos extraños
el natural deterioro
que han dejado los años.

El natural deterioro
de tantos y tantos años,
no se remedia con oro...
se aliviana con redaños.

Y es que se largan las cejas
mientras se pierde la vista.
Ya no te pelan las viejas
ni logras una conquista...

Mientras los huevos se alargan
mientras se acorta la pinga.
Esa largura te embarga,
y esa cortedad te chinga...

En las montañas del Norte
un labriego pontifica:
no se me achique ni acorte
ni se meta a la botica.

Y se te pican los dientes
y el cráneo luce pelón:
"Ay, reata, no te revientes
que es el último jalón..."

Y se presenta la muerte,
un día tiene que llegar.
Y como no eres fuerte,
al carajo; a descansar...

 

Hermosa, ¿no es así? Pero veamos a dos colosos de la literatura mexicana carteandose sus cuitas:
 

1959

Salvador Novo

Doce veces menstruó 59.
¡Y en tanto tú, vencido y cabizbajo,
discurrías metiendo ese badajo
que ningún repicar yergue o conmueve!
¡Ah, cuánto fuera nuestra vida breve
para cortarle a la epopeya un gajo!
¡Cuán presto desistió de su trabajo
este huevón que no hace lo que debe!
En vano es que lo invoquen o lo llamen,
amenacen, exorten o supliquen,
estrujen, froten, ruegen o reclamen.
Perezoso y undívago cual líquen,
no pretendemos ya que nos lo mamen,
sino -¡siquiera!- que nos lo mastiquen.

Don Alfonso Reyes, le contesta a don Chava de esta forma:

¡Ay, Salvador, no seas impaciente,
que así recela y se amedrenta el nabo!
Y el que a ratos se ponga negligente
es más viejo que "préstame un ochavo".
Confirma Ovidio que ello es muy frequente
porque Juanito al fin no es nuestro esclavo:
vive su propia vida independiente,
y eso yo me lo sé de cabo a rabo.

-Es al ñudo- que dice el argentino,
sacudir a Juanito mientras duerme,
que así mueren las civilizaciones.
Prudencia, Salvador, pudencia y tino:
huye el combate cuando estés inerme
y da un poco de paz a los cojones.